Tocando
tan adentro
Cortando
el cordel
Que
me ata al espejismo
Al
respirarte siento alivio
Aunque
las navajas de este aire
Me
corten con su filo
La
luz blanca derramada sobre el suelo
Las
horas avanzan
Pero
yo no me muevo
He
perdido el interés
En
muchas cosas que me gustaban
Ahora
solo quiero
Estar
más cerca del infierno
El
inexplorado sendero mental
El
espectral umbral donde yacen
Los
restos de las ilusiones que nunca tuve
Y
los días siniestros que vagamente recuerdo
Aquellos
en que me robaste incontables sonrisas
La
cordura me grita que muy probablemente
Fueron
fascinantes alucinaciones mías
Y
quise hablarte para que me miraras una vez más
Compasivo
y ausente con esos ojos tristes
Ya
es tarde y los tordos cantan y vuelan
Y la
luz blanca ha dejado de esparcirse sobre el suelo.
Triste y bello poema.
ResponderBorrarEstremecedor.
Muy bueno, Angélica!
Un saludo.
Gracias por tus palabras, me es grato saber que te ha gustado, agradezco que me hayas leído y lo agradezco infinitamente, saludos y abrazos.
BorrarImpacta el poema volar entre
ResponderBorrarlos umbrales de los sentimientos...
Linda noche...
Gracias por leerme, afectuosos Saludos
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