Ya no me quema
el frío fuego
De tu indiferencia
Ni tampoco me mata ya
Que tu vida no sea más mía
Que tus palabras
Tu voz y tu juego
Ya no me quieran a mi
La soledad
Me va ayudando a olvidarte
Cuanto más me engulle el silencio
Más es tu nombre
Un recuerdo distante
Que así sea
Y que la penumbra
Absorba cada parte
De tu rostro
Hasta ya no mirarte
Ya no me duele
La espina que clavaste
Poco a poco
Ya no me duelen
Las heridas en el alma