Paraíso paralelo
Donde los recuerdos
Son un día lluvioso
Que gotea constante
Dentro de mi corazón
Caricias que me duelen
En un vaivén desinhibido
Aquellos días
Que jamás a mi pertenecieron
Vuelan las mariposas
Que habitaban mi alma
Alejándose en un susurro leve
Dejando la fría morada
Vacía y muy solitaria
“Dadivosa bondad ajena
Apiádate de mi alma flagelada
Apiádate de mis suspiros heridos
Y no dejes que haya
canto que me angustie”
Miraban mis tristes ojos al cielo
Para saber si había algún camino
Que me condujese a las estrellas
Quería solo extender los brazos
Y volar alto y lejos
Aquí todo es tan hosco, cruel y
sombrío
Aunque haya suaves amaneceres
Aunque dulces flores perfumen los
prados
Y rumores claros ruboricen los bosques
Aquí mi esperanza se desvanece
Y mis horas se marchitan sin remedio
Calidez que abraza subversivamente
Los empolvados momentos
Es muy temprano
Déjame contemplar el alba
Que aparece en tus labios
Aquí… En tú tibio regazo
Déjame morir un poco en tu aliento
Eres el fino lazó que aún me ata a la cordura
Y me permite permanecer aquí
otro día
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