A finales de enero lloró
Con el corazón vacío
Y los labios mudos
Me ha venido a visitar
Tu precioso recuerdo
Tus ojos obscuros
Fijos en mi abismo
Tu cabello largo
Alborotado por la brisa helada
La sombra alargada
De este espejismo
Me consume y me inquieta
Hasta dejarme exhausta
¿En dónde has estado todo esté tiempo?
¿No ha sido ya demasiado
cruel el castigo de tu ausencia?
El reflejo de aquellos días
Añorados por mi espíritu
La danza de nuestras almas
Que son tan semejantes
¿Acaso ya has podido olvidarme?
Pues yo jamás he encontrado
A nadie que se te comparé.
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